La economía colombiana termina el primer semestre del 2023 con señales de optimismo en un entorno desafiante. La tasa de crecimiento del primer semestre del año llegó al 3%, impulsado por el consumo y las exportaciones. Se trata de una cifra nada despreciable en un contexto de desaceleración en la economía global e importantes riesgos externos por las tensiones geopolíticas e inestabilidad bancaria.

La investigación extranjera mostró una dinámica positiva a pesar de los temores del año pasado registrando un incremento del 25% frente al mismo período del 2022 según el Banco de la República.
Además la tasa de inflación para el mes de abril demostró un muy esperado descenso, tendencia que muy probablemente continúe dado el comportamiento reciente de los precios del productor. En términos fiscales el país sigue la senda de reducción del déficit, aunque los precios del petróleo más bajos van a afectar este ajuste.

Los factores que explican esta solidez son principalmente dos: el responsable manejo macroeconómico del actual gobierno (que esperamos continúe a pesar de las recientes movidas políticas) y la fortaleza de las instituciones del país frente al escenario político incierto.

En relación con el primer factor, bajo el liderazgo del exministro José Antonio Ocampo . . .
(Extracto del artículo “Lo que nos depara el futuro” de la revista digital CCINFORMATIVO)